Caminatas · P.N. El Estrecho

Por los montes de Bolonia


Laja de las Algas. Al fondo, la Silla del Papa

El día que caminamos por los montes de Bolonia parece que se confabularon los hados de la meteorología para arrojar sobre nuestras cabezas un estupendo y variadísimo día de primavera. Cielo encapotado y algo de frío a primera hora, y viento, por supuesto. Intervalos de nubes poco después, lo que se traduce en ponte jersey y quítate jersey cada vez que se abre y cierra un claro. Hacia mediodía chaparrón, mucha humedad y un par de truenos. Y por último un sol de justicia que nos dejó, a Julio y al que escribe, achicharraitos. En resumen, empezamos a andar en invierno y terminamos en verano. Una típica jornada de mayo.

La caminata que hicimos la propone en sus itinerarios el P.N. del Estrecho con el nombre de Puerto de Bolonia- Pulido. También la recoge la muy lograda Guía de 300 senderos de la provincia de  Cádiz, publicada por Diputación. Nosotros introducimos una variante que no aparece en esa ruta, y que pensamos le aporta más interés: subir a la Silla del Papa no desde la costa, sino desde la vertiente norte de la Sierra de la Plata, la entrada natural, e histórica, a dicho enclave. La ruta es circular y de dificultad media, de unos 12 kilómetros, y se tarda unas 5 ó 6 horas en realizarla. Si es posible, elijan un día que no pegue mucho el sol y el levante. Para el que tenga la mala suerte de no conocer este lugar tiene que coger la N-340 de Algeciras a Cádiz y en el km 69 desviarse por la CA-8202 hasta Bolonia.

Recreación de Baelo Claudia

En esta caminata, una vez más y que no decaiga la cosa, se asocian Naturaleza e Historia de una forma espectacular. Hablar de Bolonia, y de sus montes, es hablar de Baelo Claudia, una de las ciudades romanas de España en mejor estado de conservación. Nacida de un antiguo asentamiento fenicio-púnico sobre el s. II a.c. sería ya en los dos primeros siglos de nuestra era cuando alcanzaría un mayor auge. Su motor de desarrollo fue el puerto, que le permitió dominar el comercio principalmente con el norte de África, pero también con el resto del Mediterráneo, a dónde exportaría sus  salazones  de atunes y sobre todo el famoso garum, una salsa hecha a base de restos y tripas de pescados, vino, aceite; todo ello condimentado con especias y macerado al sol en piletas. Llegó a ser muy popular entre la jet set romana como afrodisíaco, pero me huelo que las calles de la ciudad del Estrecho no olían precisamente a rosas. Se cree que un gran maremoto alrededor del 150 d.c. junto a otros factores económicos provocó el inicio del declive de la Baelo de Claudio.

Y si se habla de Baelo es obligatorio acordarse de la Silla del Papa, asentamiento prerromano germen de la futura urbe, emplazado a 4 km. de la costa,  en lo más inaccesible de la Sierra de la Plata. Y de lugares y nombres tan bellos y peculiares como Sierra de la Higuera, Cerro de la Rosa Grande, Laja de las Algas, Cortijo de las Cumbres, Cortijo del Hoyo del Mondongo, Arroyo de Alpariate, loma de la Carrera… Tantos, que hasta pensé titular esta caminata como «Por los montes y nombres de Bolonia».

Ahí abajo están, desde Google Earth y en versión mapa desde Iberpix:

Ortofotografía de la ruta desde Google Earth
Ortofotografía de la ruta desde Iberpix

Sin más dilación, digámosle a mi amigacho Julio que salga a enfrentarse con los elementos y a ilustrarnos la caminata. El lugar de salida y llegada es la Venta El Tropezón, situada en el Puerto de Bolonia, donde la carretera empieza a descender hasta la playa. Seis horas después estábamos sentados en una de las mesas tomando una merecida cerveza.

Puerto de Bolonia
CA-8202 hasta Bolonia

La pista de tierra que vemos frente a la venta es la que hay que tomar. A unos 400 metros debemos abandonarla y empezar a subir la loma. Si continuáramos la pista llegaríamos al Cortijo de las Cumbres. Acebuches y palmitos no pueden estar más a gusto en ese ambiente.

Momento en el que hay que abandonar el carril
Palmitos y más palmitos

Si miramos atrás nos entrarán las dudas de si estamos haciendo la caminata adecuada. La  Sierra de San Bartolomé, y en especial la Laja del Tío Duarte nos atraerá como un poderoso imán. El perfil de esta montaña es de los más bonitos que he visto. Seguimos adelante, otra caminata será.

Sierra de San Bartolomé

Como podríamos sospechar, restos de una batería militar y otras dependencias castrenses nos salen al encuentro. Una más en el sistema defensivo del Estrecho de Gibraltar que ideó el régimen dictatorial  de Franco contra posibles ataques aliados en la II Guerra Mundial.

Restos de un bunker

En la fotografía de abajo se aprecia en el horizonte la antena de repetición que corona la Silla del Papa, nuestro destino principal. En todo momento la tendremos como marca y guía.

Nuestro principal destino tras unas ruinas

Seguimos adelante, caminando por la espina dorsal de la Sierra de la Higuera. A nuestra izquierda, al sur, se abre el Atlántico, e incluso se adivina Tánger tras la bruma. A la derecha, al norte, la N-340 abajo, los arroyos que alimentan el Rio del Valle, y las Sierras de Saladaviciosa y Fates.

Sierra de la Higuera

El primer arroyo con el que nos cruzamos es el de Pulido; arroyo que da nombre a una cortijo que hay valle abajo, ¿o es al revés? Andamos por tierras donde pastan sobre todo las vacas retintas, los bovinos estrella de la Baja Andalucía. ¿Serán estas vacas las descendientes de los bueyes de pelaje rojo que el esforzado Hércules vino a robarle a Gerión, mítico rey de Tartessos?

Arroyo del Pulido

El siguiente arroyo que encontramos es el de Alpariate. Como ya comenté antes, los nombres de Bolonia, sus topónimos, no son sólo hermosos por su fonética sino también por su significado. El origen del nombre «Alpariate» puede estar en el vocablo latino «PARIES«, que significa «muro, pared». El curso que toma el arroyo hasta el mar nos pone tras la pista, pues rodea la antigua urbe por su costado este, «junto al muro». Es posible que los baelonenses lo llamaran así, el arroyo de la muralla.

Pero esto no es todo, otro topónimo latino seguramente haya llegado hasta nuestros días fosilizado en el paisaje. Dicho arroyo, al descender, pasa junto a una colina llamada la Loma de la Carrera, cercana a la ciudad. El término latino que parece aflorar, como una rara concha marina, es el de «CARRARIA«, que en latín vulgar significa «vía para carros«. Pero ¿qué carros? Pues, por ejemplo, aquellos que pudieran venir de Gades o Carteia, y que al abandonar la Vía Heraclea, la Vía VI,  tomaran un ramal para llegar a Baelo Claudia. La loma de la carrera (Carraria) sería un vestigio de ese mismo ramal, o vía secundaria. No hay que esforzarse mucho para trazar con la imaginación este camino a través de la Sierra de la Higuera, y por qué no, ver bajar desde lo alto de la loma un carro y una serie de personas alrededor, anunciando agritos y con música que llega a Baelo una compañía de teatro.

El Cortijo que se ve en un primer plano es el cortijo del Hoyo del Mondongo. Aquí no hay ya latín ni imaginación que valga; vaya nombrecito. Pero para eso está el diccionario de la RAE, para espantar la imaginación. Nos dice que Mondongo significa » intestinos y panza de las reses, y especialmente los del cerdo». Osea que hacer el mondongo es más o menos hacer morcillas y chorizos. Ahora sí.

Arroyo de Alpariate

Ya tenemos más cerca la Laja de las Algas, otro lugar que bien vale por sí solo una caminata aparte, y la antena de repetición atrás, perdonen que me repita. En la siguiente fotografía, Facinas desde una perspectiva que nunca había visto antes.

Laja de las Algas
Facinas, tras la alambrada

Una vez andada la dorsal de la Sierra de la Higuera nos topamos con esta pista de tierra que viene de la ladera contigua, de los Cortijos del Puntal y el Alamillo. Hay que seguir recto, hacia arriba, aunque Julio mire con avidez esos bancos y esa sombra.

Todavía no es hora del bocata, Julio

Esa misma pista, como se observa, curva y desciende ahora hacia  la izquierda. Ese es el itinerario que nos propone la ruta llamada Puerto de Bolonia- Pulido, que mencioné al principio. Pero Julio y yo, que somos muy intrépidos, continuamos adelante. Bromas aparte, y aunque no fue una hombrada, sí fue una aventurilla conectar ese punto con la Silla del papa. La vez anterior que subimos a dicha Silla lo hicimos por el camino habitual, la vertiente que sube desde la playa. Esa vez, y a esa altura de la ruta andábamos por terra incógnita, pues ni siquiera ese satélite casero llamado Google Earth aclara mucho qué hay en medio. Mucho mejor, pues esa es la parte de las caminatas que más me gusta, la que no tengo ni idea de lo que me voy a encontrar cien metros después.

Hacia la "Terra incógnita"

Incluyo una imagen más detallada de ese tramo para que se aprecie bien. Apenas un kilómetro y medio de subida que nos hizo sudar, pero sobre todo disfrutar.

Ortofotografía del tramo

En esa zona, en el lado norte de la Laja de las Algas nos sorprendió un pequeño poblado en ruinas. Había varias casas, y este horno de piedra para hacer pan. El mapa dice que el sitio se llama La Gloria, aunque luego un lugareño nos dijo que no, que La Gloria estaba más abajo. Lamento no acordarme del nombre que nos comentó.

Horno de piedra para hacer pan
Vereda después del poblado de la Gloria

Tras la vereda de la foto anterior nos esperaba un claro con estos, si no me equivoco, dado el tamaño, hermosos e impresionantes acebuches. Inabarcables de un abrazo. También había restos desmoronados de cabañas de piedras.

Acebuches de gran porte

No sé si se aprecia bien, pero la pendiente era bastante acuciada. Ahí fue donde nos cayó el chaparrón. Al fondo, de nuevo la antena. Repito, este era el acceso secundario original al enclave de la Silla del Papa. En un plano que pongo más abajo se apreciará mejor.

Accediendo a la Puerta de atrás de la Silla del papa
Juro que Julio no ocasionó este estropicio

Hasta que, dispersadas las nubes, pudimos gritar CIMAAAAAAAAA. No es de extrañar que sucesivos pueblos y culturas habitaran esa cumbre: un lugar privilegiado para guarecerse y defenderse. El domino del entorno es casi absoluto. Por un lado se domina la vertiente este, de donde venimos: La sierra de la Higuera y toda la ensenada de Bolonia…

Julio y yo, a esas horas no sé si romanos o íberos
Panorámica hacia el este desde la Silla del papa

Y por la otra vertiente, por el lado oeste, el valle del Almodovar y la playa del actual Zahara de los atunes.

Panorámica hacia el oeste desde la Silla del papa

He aquí el plano del yacimiento. Espero que se hagan una idea aproximada de lo que es la Silla del Papa. Se trata de un pequeño macizo rocoso a 457 metros de altura. Dos paredes naturales de piedra caliza, dispuestas de norte a sur, dejan en medio un pasillo natural de unos 420 m. de longitud y entre 20  y 75 m de ancho. Este pasillo o corredor desciende al mencionado Valle de Almodovar, de donde procedería el acceso principal al poblado o fortificación. Con un círculo verde marco esa entrada. Con el rojo el acceso secundario por donde llegamos nosotros, una apertura en esa muralla natural de caliza. La marca amarilla sitúa la antena de repetición.

Históricamente hablando, la secuencia de ocupación se remonta a la Edad del bronce, aunque los restos que en la actualidad pueden observarse parece ser que pertenecen al periodo prerromano, en concreto al pueblo turdetano, los supuestos y probables descendientes de las gentes que compusieron el reino de Tartesoss, pero también se encuentran vestigios romanos de época imperial. En fin, que fue un lugar muy concurrido desde la antigüedad. Los muros de caliza les protegían del viento, una fuente o manantial  les proveía de agua potable todo el año, explotaban las fértiles tierras del Valle del Almodovar… un sitio perfecto hasta que las circunstancias y la Historia los echó del monte para fundar Baelo Claudia.

Yo me quedo con la anécdota o supuesto hecho histórico de que en esa fortificación estuvo en el año 80 a.c   Sertorio, un célebre general romano de vida y condición política similares a las de Julio Cesar, con su ejército de lusitanos, hispanos y bereberes mientras guerreaba contra otros romanos, que como sabemos por Obelix, estaban todos muy locos.

Plano de la Silla del Papa. Revista Aljaranda, nº 68. El oppidum de la Silla del papa

A continuación ilustro qué tipo de restos podemos hallar en la Silla del Papa. En la escalera tallada en roca algunos historiadores quieren ver un acceso a un altar de sacrificios. Otros optan por una estructura militar, posiblemente una torre de vigía o defensiva. Los grandes sillares de caliza demuestran que esta zona sur del enclave, la más alta, estuvo amurallada. Al ser también la más plana y extensa, se piensa que en las inmediaciones se alojaban los edificios públicos. La antena de repetición que nos ha servido de guía, también sirvió en su momento para destruir alguna que otra construcción. Una barbaridad que cuesta aceptar. En cuanto a los símbolos grabados en la roca, he leído por ahí desde que pertenecerían a una etapa prehistórica hasta que pudieran ser cruces y grabados cristianos de la edad media.

Descendiendo por el corredor hacia el valle comprenderemos cómo levantaron sus viviendas los inquilinos de este poblado fortificado. Aprovechaban las paredes de roca anteriormente mencionadas para sustentarlas. Por un lado y otro veremos mechinales (boquetes en la roca) donde encajaban las vigas y las estructuras, incluso aterrazaban algunas lajas de piedra. En conclusión, había vida urbana en el sitio más impensable, pues ¿quién que no conociera antes este lugar se iba a imaginar que allí había casas e incluso templos?

Para ver más fotografías que describen mejor este modo de construcción visiten este enlace de la página Arte sureño: Yacimiento turdetano.


Escalera tallada en la roca
Extraños e indescifrados signos
Sillares de la muralla sur
Ejemplo de aterrazamiento para construir una vivienda

Hora es ya de empezar a bajar de nuevo hacia el valle, pues empieza a subir la temperatura. Ese es el carril hormigonado que se hizo para cometer el atropello de la antena. Una vez más hay que preguntarse ¿Era ese el único sitio donde se podía plantar, encima de un yacimiento arqueológico?

Carril de acceso a la Silla del Papa

El carril termina en el Realillo de Bolonia, casi una barriada aparte. Imagino que en su momento sería una cortijada típica y antigua a la que se le han ido juntando nuevos y afortunados vecinos. Por allí también pasa el regajo de la Fuente del Realillo.

Realillo de Bolonia

Hay que pararse, como hace Julio, en la última de las casas. Hacia abajo, y aunque no lo parezca, es hacia donde hay que dirigirse. Allí cerca se encuentra la Semilla: Taller de experimentación ambiental, un sitio curioso para visitar. El Puerto de Bolonia, desde donde partimos por la mañana, se aprecia con nitidez.

Dirección a seguir. Cerca de la Semilla

Al principio, el sendero parece un barranquillo o un simple regajo erosionado, pero poco a poco se va estirando hasta convertirse en camino. Eso sí, como se observa, sembrado de piedras y pisadas secas de vacas. Hay que tener cuidado con los tobillos.

Sendero tuercetobillos

Aunque áspero y duro, ese tramo de la caminata tiene su encanto.Y seguramente tendrá sus años, pues imagino que sería en origen la colada que uniera a los paisanos del Realillo con el Puerto de Bolonia, cuando fueran de camino a Tarifa.

La sierra de San Bartolomé nos servirá de guía

De nuevo cruzaremos los arroyos antes citados, de escaso caudal, por lo avanzado de la primavera. Luego nos encontraremos con la cortijada del Pulido, desde donde subiremos hasta encontrar la carretera que nos lleva de nuevo a la venta del El Tropezón.

Cruzando un arroyo. Aprieta el calor
Ya casi llegamos de nuevo a la venta el Tropezón

Y aquí están esas dos merecidas cervezas, que en su momento sirvieron para brindar por la salud de los caminantes. Y que ahora brindan por ti, amable lector, que has llegado hasta el final de esta cibercaminata.

¡Chistera chistera la caminata está fuera!

Salud, caminantes

PARA SABER MÁS:

Sobre los nombres de Bolonia: Toponimia de Bolonia y su entorno.

Sobre la Silla del Papa: El oppidum de la Silla del Papa (Tarifa) y los orígenes de Baelo Claudia.

Sobre Baelo Claudia: Conjunto arqueológico Baelo Claudia

4 comentarios sobre “Por los montes de Bolonia

  1. ¡La leche, cómo te lo has currado! Muy buenas fotos, si no fuera por el tipo fofo que aparece en la mayoría. Otra vez, sobresaliente con la documentación. Sólo he echado en falta una cosa: el momento tan guapo cuando nos paramos en las casas en ruinas, lo que creíamos que era La Gloria. No sé por qué, pero me gustó bastante el sitio. Y la subida a la Silla del Papa, que también estuvo muy guapa con su lluvia y todo.
    Pero, de todas formas, ¡mú gueno, queso!

  2. ¡Encantado, soy Antonio! Con vuestro trabajo habéis hecho feliz a una persona: Rafaela, de 82 años, nacida en Agua Enmedio (Los Alemanes, Zahara), y criada en El Realillo (Bolonia).
    ¡Felicidades!

  3. Me parece impresionante el artículo, soy un enamorado de ese entorno, estoy deseando realizar una ruta para verla. ¿es posible saber con antelación la próxima salida y vuestras rutas?. Lo dicho enhorabuena por el trabajo está muy currado.

Replica a dCaminata Cancelar la respuesta