Biblioteca · Caminatas · Historia, Folclore y Etnografía · P.N. El Estrecho

Los dólmenes de las Caheruelas (Tarifa)


      La aldea de las Caheruelas se encuentra a escasos 12 kilómetros de Tarifa y Facinas, en la vertiente sur de la Sierra de Ojén, más agreste y desforestada si la comparamos con la frondosa vertiente norte. A aumentar esta clara diferencia entre una cara y otra contribuyó desgraciadamente un gran incendio que se produjo en 1986. Como suele suceder en estos casos se repobló con pinos las zonas más altas, cercanas al Tajo de Utrera (719 m.), la cota máxima de dicha sierra.

      Situada ventajosamente entre las gargantas que forman los arroyos del Conejo y Los Molinos, las Caheruelas gozan de un amplio y bello paisaje. A un lado las sierras de Enmedio y Fates, y a continuación, el cordón litoral de la playa de los Lances. Valle abajo discurre el rio de la Jara, que desde la más remota antigüedad ha visto pasar a todos los pueblos que han fabricado nuestra historia, y que  tomaron este valle como acceso más rápido y directo a la vecina comarca de la Janda y al interior de Andalucía, o hacia Tarifa y Algeciras, si venían en el sentido contrario.

        Este poblado tarifeño está formado por una veintena de hogares que se dedican sobre todo a las labores pecuarias. Algunas de estas, en ruinas, aún muestran el zarpazo que produjo la inmigración en las décadas centrales del s. XX.

      Que nos disponemos a andar por unos montes colmados de Historia nos lo muestra una vez más la toponimia del lugar. El investigador Wenceslao Segura, en el artículo «La toponimia tarifeña tras la conquista cristiana», nos pone varios ejemplos: Celada Vieja (Saladavieja), Val de Hoxen (Valle de Ojén), Arroyo de Pero Ximenez (Arroyo de Pedro Jiménez), personaje que seguramente fuera beneficiado con tierras tras la ocupación castellana del territorio.

        Pero el topónimo antiguo que más nos interesa es el de Alcornocal fermoso. Así cree Wenceslao Segura que eran conocidas las Caheruelas en el s. XIV. De este modo se recoge nada más y nada menos que en el Libro de la Montería de Alfonso XI, una especie de guía de caza de la edad media. El cronista alfonsino describió acertadamente el primitivo alcornocal: fermoso. Y voto a bríos que por fortuna aún sigue siendo fermoso el alcornocal actual, y que así siga siendo por los siglos de los siglos ¡Pardiez!

      Caminar por unos campos tan cargados de Historia es todo un privilegio. Si se acierta con la vereda adecuada tendremos la suerte de descender apenas un kilómetro por la línea del tiempo y llegar al Calcolítico, cinco mil años atrás,siglo arriba, siglo abajo. Ese era nuestro destino esa mañana.

      Los dólmenes de las Caheruelas son probablemente de ese periodo prehistórico, del Calcolítico, o Edad del Cobre (IV ó III milenio a.c.). Estamos hablando de una época en la que se empieza a trabajar con los metales, donde la agricultura y la ganadería facilitan una proturbanización de los poblados, en resumen; estamos hablando de un periodo histórico en el que podemos apreciar el primer bosquejo de la humanidad que hoy somos.

      Quizá las personas que construyeron esos dólmenes vivían en un poblado cercano, más o menos estable, en contacto sin duda con otros poblados del territorio. Yacimientos arqueológicos como la Necrópolis de los Algarbes, en Valdevaqueros, y el conjunto dolménico desperdigado alrededor de la vecina Laguna de la Janda, no pueden entenderse sin estos primeros asentamientos humanos. Un dato más, según el arqueólogo gaditano Cesar Pemán Pemartín (1895-1986) en el yacimiento de las Caheruelas se hallaron abundantes pedernales, herramientas de piedra.

      Esta es la hipótesis de los historiadores Juan Ignacio de Vicente y Javier Criado, expuesta en el artículo «Nuevo foco dolménico en el Campo de Gibraltar. El complejo Caheruelas-Caballero». Se podría decir que este artículo fue el poste de señalización que nos condujo a los dólmenes, y a su comprensión.

     Dar con ellos no fue tarea fácil, en un terreno ya de por sí pedregoso; además de que veníamos ya algo cansados de hacer otra ruta. David, Eduardo, Juan Luis y el trepalcornoques que les escribe descendimos separados por el cerro para abarcar más superficie, zigzagueando, para arriba, para abajo… hasta que dimos con el primero. Ya teníamos nuestra recompensa. Añadir por último que de los siete que al parecer se han identificado nosotros sólo dimos con tres, pero bueno, menos da una piedra, y nunca mejor dicho. Imagino que los otro cuatro son de menor tamaño o están más invadidos por la vegetación.

     Tengo el placer de presentaros al primero. Me voy a resistir de ponerle nombre, y eso que siempre emociona y burbujea el estómago cada vez que «descubres» personalmente un hallazgo así. Para que no se me enfaden los otros dos le llamaré simplemente Dolmen número Uno. Y la verdad, eso fue lo que grité cuando lo vi: «Quilloooooo aquí HAY UNOOOOOOO!

       En esta simple estructura lítica se resume bien lo que es un dolmen, que en bretón significa mesa grande de piedra. Como se observa son varias losas, u ortostatos, dispuestas verticalmente, y otra losa horizontal que sirve de tapa o cubierta. Esta última casi siempre se halla caída. En su estado original estaría quizá rodeado de tierra con la intención de formar un túmulo, una especie de cueva artificial.

         La finalidad común que se les atribuye a los dólmenes es la funeraria, siendo de este modo sepulcros colectivos. Otra teoría apunta a que también pudieran haber sido marcas o hitos con los que se demostraba dominar un territorio.

     Y si difícil es encontrarlos, más difícil si cabe es fotografiarlos como se merecen. En las fotos de abajo se puede observar que al menos lo intenté. Fueron dos los alcornoques a los que trepé en un elegante estilo garrapatero, con el fin de obtener una buena perspectiva; lo que no quita que pagara el precio de algun arañazo, pero así de dura y sufrida es la vida de un Homo Bloguerus Senderiensis subsp. gaditanus.

       Y a continuación el segundo dolmen. Tentado estoy de «bautizarlo» como Dolmen de Juanlu, pues fue mi amigacho el que lo avistó, pero para que no se me enfaden mis otros dos colegas, lo llamaremos simplemente Dolmen número dos.

       No muestra una hechura tan entera como el primero, pues al hallarse en pendiente el lógico movimiento de tierras ha provocado que las losas verticales caigan una sobre otra.

        Aunque lo que realmente singulariza a este dolmen es la curiosa y evidente alineación circular que lo rodea. Ahí fue cuando me subí al segundo chaparro, para tratar de captar esta misteriosa estructura; y más alto hubiera subido si hubiera sido posible, pues obteniendo una vista cenital del yacimiento es como mejor se observaría esta particularidad. Y no fue la única alineación circular que vimos, o que creímos ver; al no estar asociadas a otros dólmenes podrían confundirse con construcciones más modernas, aunque lo dudo, la verdad.

     ¿Fueron comunes estos círculos de piedra? ¿Guardaban también relación con el rito funerario? Esto es una tarea para los entendidos. La nuestra terminó ahí.

        Más felices que las lombrices tomamos el camino de vuelta monte arriba, pero no… aún nos quedaba otra sesión de fotos. He aquí al culpable: el Dolmen número tres. Estábamos muy cansados ya como para buscarle un nombre adecuado, y el sol del veranillo del membrillo pegaba fuerte.

      Las losas verticales casi se encuentran tapadas por los lentiscos. Sólo la losa de cubierta nos hizo reparar en él.

     La losa sobre la que está David debió sin duda formar parte del dolmen.

        Y ahí se nos quedó David, en la Edad del Cobre. A punto estuvimos de quedarnos los demás. Seguramente los hacedores de estos dólmenes tuvieran una vida dura y sacrificada, y la esperanza de vida era menor que la de ahora, pero ¿Tenemos la certeza de gozar de una vida más plena? ¿Guardamos aún la esperanza, de vida o de lo que sea, de que nuestra edad, la EDAD DEL COLTAN, no sea la peor edad que le ha tocado vivir a la humanidad?

        Vaya, qué serio me he puesto. Voy a mirar en el Facebook si David ha vuelto ya del Calcolítico.

¡CHISTERA CHISTERA, LA CAMINATA ESTÁ FUERA!

PARA SABER MÁS:

11 comentarios sobre “Los dólmenes de las Caheruelas (Tarifa)

  1. Estos «descubrimientos» de lugares que llevan ahí miles de años y que no sabíamos que existían (por falta de información y medios, claro) son de los paseos que mas me agradan. A ver si pronto «descubrimos» mas dolmenes por La Janda. Por cierto, cuídate de que algún «fundamentalista» te riña por montarte en esas piedras milenarias (je, je).

    1. Y no le faltaría razón. Lo cierto es que me subí incoscientemente llevado por la emoción, y quizá al ver las fotos pueda parecerle a alguien que los dólmenes son vulnerables e inestables, pero no es así, nada más verlos se ve que están bien asentados y que haría falta mucho más peso para moverlos siquiera un poco. Pero vamos, como ejemplo no queda muy didáctico que digamos, y tampoco sería un buen plan que todo el que llegue haga lo mismo. Como dijo un tal Don Juan carlos: me he equivocado y no volverá a ocurrir. 🙂

  2. Formidable relato y apuntes históricos-geográficos. Disfrutamos al mismo tiempo de la caminata pero también de su lectura.
    Nos vemos en la próxima que seguro estas maquinando ,ja,ja,ja,

  3. De nuevo nos asombra el Juanma con su prosa y con los descubrimientos que hace en nuestros campos. Muy pronto, anuncio, habrá un punto de vista distinto y más pegado al suelo sobre este tipo de escapadas campestres.
    Pero, vamos, que está muy bien el artículo, relatado con entusiasmo y con muchos datos históricos, marca de la casa.
    Nos vemos, queso!

  4. Bonita ruta, e interesantes ortostatos. Qué pena que estemos en crisis y no haya dinero para este rico Patrimonio. Felicidades por el blog. ¡¡ A seguir disfrutando del monte…¡¡

    1. Gracias Isabel por comentar,

      Pues sí que es una pena y en ocasiones una desgracia que no se proteja en condiciones este patrimonio. Y darlo a conocer, sólo en el término de tarifa se podría crear una ruta cultural de dólmenes y abrigos impresionante.
      Oye, he visto que tienes un blog sobre senderimo y naturaleza. ¿Conoces un grupo de Facebook que hemos creado algunos blogueros senderistas a nivel provincial?
      Este es el enlace, si te gusta y te parece bien te podrías unir. Es un buen sitio para estar al tanto de este mundillo nuestro:

      https://www.facebook.com/groups/122809487843714/

      Saludos.

  5. Juanma lo que propones es el sueño de todo arqueólogo… aún en épocas de vacas gordas se echaban los proyectos para atrás imagínate ahora. Sí, tengo un blog donde cuelgo las rutillas que hacemos por la montaña y en kayak que también me gusta mucho. No conocía vuestra página de facebook, gracias por comentarla, me uniré.
    ¡¡A seguir disfrutando del monte¡¡

  6. Su numero uno es el no. 6 de Vicente y Criado. Su no. 2 es no. 4 de ellos. Su no 3 es no 7 de ellos. No. 5 se encuentra entre 4 y 6 (por supuesto), pero es muy pequeño y dudo que es un dolmen. Imagino que no los han reconocido por que las fotos en el articulo son publicadas al revés. Hay dos mas al otro lado del arroyo. No he encontrado el séptimo. El arqueólogo te Tarifa hace unos años tenia planes por un sendero entre los monumentos, pero el ayuntamiento de Tarifa decidió que el municipio no necesita los servicios de un arqueólogo.

    1. Gracias Vincent por las aclaraciones. Sólo he visitado el lugar en dos ocasiones, y como suele suceder en estos casos, sale uno de allí con la insatisfacción de no haber visto más cosas. La próxima vez haré lo posible por ver los dos que están al otro lado del arroyo. Y sí es una pena que no se aproveche mejor esta riqueza cultural e histórica. Con las medidas adecuadas puede incluso redundar en su conservación. En cuanto a lo del arqueólogo es que no se explica, bueno sí, se explica si tenemos en cuenta quien manda en tarifa. Un saludo y de nuevo gracias por los datos.

Deja un comentario