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La Ermita de Murillo, junto al río de la Miel


     ¿Junto al río de la Miel? ¿Seguro? Seguro, todo aquel que alguna vez haya hecho esta «dulce», verde, frondosa y en ocasiones concurrida ruta ha pasado a escasos cincuenta metros de ella.

        Pero ¿dónde, a qué altura? Ahhh, podría poner una fotografía aérea indicando el lugar exacto de esta ermita, que también era conocida como ermita de San josé o del Cobre, pero de este modo les robaría el placer de tratar de encontrarla por vuestros propios medios, que es realmente lo más divertido. Además, sería un tanto farragoso tratar de explicar con detalle que se encuentra al inicio del llano que algunos lugareños del Cobre llaman «Plaza Alta», que si al final de la primera cuesta, que si al fondo a la derecha a partir del quinto alcornoque.

          Bueeeno, subo una imagen del Iberpix, pues fue gracias a esta excelente herramienta como supe de la existencia de esta ermita. Ya en serio, seguramente más de uno y de tres conoceréis este edificio religioso, pero he dado por supuesto que es algo desconocido por la inmensa mayoría, puesto que son muy pocas las noticias que se tienen de este vestigio. Los que realmente saben de esto, los historiadores de nuestra comarca, apenas pueden aportar datos contrastados.

        Otra de las razones por las que subo esta imagen es por tratar de comprender cuál fue el motivo que llevo al cartógrafo de turno a reseñarla de una forma tan rotunda.

       Cualquiera que consulte los mapas oficiales o navegue por Iberpix creerá que este hito cartográfico, esta ermita de Murillo es, con perdón, la ostia. Similar en importancia y grado de conservación al Molino del Aguila o el de Escalona (del Trueno, en el mapa), y ya les adelanto que no es así. Estamos hablando de una edificación humilde, pequeña; y a lo que voy, los molinos son más o menos conocidos, y la información sobre ellos es abundante, ¿pero quién conoce a nuestra pobre ermita, que hoy día ejerce de gallinero?

      Bien, si han llegado hasta esta verja es que han hecho bien los deberes, pero quieto parao, desde aquí no se ve pero la dichosa verja tiene un dichoso candado. Y es lógico, nos encontramos frente a una parcela privada, dedicada a la horticultura, pero no existe vivienda. La pasada primavera conseguí hablar con el propietario, aunque sin verlo, pues estaba por la parte de abajo, la más cercana al río.

      Resulta gracioso, pues a gritos le comuniqué mis intenciones de fotografiar la ermita, y el buen hombre también a gritos me contestó que no había mucho que ver, pero que si no me importaba que volviera otra tarde, que en ese momento no podía satisfacer mis aficiones blogueras.

      Y eso hice, volví otra tarde, y dos tardes más por lo menos, pero nada, esta vez mis gritos se quedaron sin respuesta.

     ¿Entonces? ¿Cómo se puede visitar el lugar? Pues por desgracia creo que no hay más alternativa que la ya mostrada; acercarse al lugar y gritar si hay alguien.

      O… o recurrir al plan B, pero esto entre ustedes y yo…. Para llevarlo a cabo les será necesaria una cámara como la mía, que tenga en el menú una opción «salta verjas con disimulo» y que sea capaz de hacer fotos en modo «furtivo, apresurado y educado». Total, que la cosa es complicada, pero allá cada cual.

     Como pueden ver, y como ya dije, nuestra ermita es un edificio humilde, simple y de reducidas dimensiones. Sin embargo, algunos detalles arquitectónicos nos cuentan que nos hallamos ante una construcción como mínimo del s.XIX: sillares tallados en las esquinas, contrafuertes, ladrillos bastos y planos,etc.

      La fachada principal nos aporta algo más: un sencillo arco de medio punto con adornos florales, y arriba de este la espadaña, donde en su día sonaría la campana. Al interior no entré pero ya pueden adivinar en qué estado se encuentra.

         Acabo con los pocos datos o referencias que he logrado reunir sobre este misterioso edificio.

       Angel Sáez, en el artículo «Molinos hidráulicos en el río de la Miel» (Revista Almoraima, nº 26, 2001) nos señala que la ermita se encuentra en la misma parcela donde en su día funcionó el Molino de San José, y más tarde una pequeña central hidroeléctrica, la Sociedad Eléctrica San José, popularmente conocida como la «Fábrica de luz«. Esta denominación es genial, me encanta. Por cierto, tengo también fotos de las conducciones que llevaban el agua a esta central, que corren paralelas al río. A ver si me animo y me curro la entrada en el blog; eso sí, cuando decida poner la cámara otra vez en modo furtivo, a la que no me gusta recurrir, la verdad sea dicha.

     También la nombra mínimamente Manuel Pérez-Petinto y Costa (1871-1953) en su obra sobre la historia de Algeciras, y en ella, cuando aborda nuestra ermita, nos indica que «la falta de antecedentes en el archivo municipal nos inclina a creer que no llegó a celebrarse culto en ella…«

       No lo cree así  Antonio Molina Medina, autor del libro «Un hombre del Cobre de Al- Yazirat Al-Hadra«. Segun Diego Rodríguez Morales, me imagino que vecino del Cobre e informante del escritor, la ermita de Murillo tuvo más vida que la reseñada hasta ahora.

         Transcribo literalmente lo que nos cuenta al respecto, pues esta obra puede ser consultada libremente en su blog: Chorrosquina de Antonio Molina.

      «….Yo conocí esta ermita cuando estaba entera, era muy bonita, con su campana funcionando. Me acuerdo que cuando se cerró la ermita por ruinas, esta campana se la regaló ‘la Sevillana’ al cura de los pastores, para que la pusiera en la nueva Iglesia de Los Pastores, —me apunta Diego con una carga de melancolía—. Pero no está puesta en dicha iglesia. ¿Y sabes por qué? Porque la robaron para partirla a pedazos y fundirla y así la pudieron vender como chatarra…

 —Diego continúa con su amena charla —. En la Ermita de El Cobre se dijo misa y en ella las niñas y niños hacían la primera comunión, los de la escuela de El Cobre. Me acuerdo que en una ceremonia que estuve yo, ‘la Sevillana’ trajo para los niños que hacían la comunión una canasta de plátanos, libras de chocolate, pan y bollos; los niños comían todo lo que querían, no había límites.
        En esta Ermita se llegó a bautizar a 100 niños y niñas y se casaron muchas parejas de novios. Las partidas de casamiento están en la Iglesia de El Carmen. Esto sería —me dice— en los años 37, 38 y 39, tanto de bautizos como de bodas. Fue en la época anterior de que El Carmen fuera parroquia. Los casamientos, bautizos y demás están en la Iglesia de La Palma; no obstante, faltarán algunos, porque se quemaron parte de los libros de registros en la guerra civil….»

¡Chistera, chistera, la dCaminata está fuera!

4 comentarios sobre “La Ermita de Murillo, junto al río de la Miel

  1. Don Diego Rodríguez Morales, ya fallecido, fue una persona muy conocida en Algeciras que ejerció de procurador de los tribunales. Pasó toda su infancia en El Cobre, concretamente en Chorrosquina (por eso conocía aquellos alrededores de un modo excepcional) antes de que la familia se trasladara a la Villa Vieja donde -como yo- vivió muchos años. Entre sus aficiones mas queridas estaba el excursionismo. Muchos hemos sido los que en nuestra juventud disfrutamos con las magníficas excursiones que organizaba por todos los alrededores de Algeciras. Conocía el campo como nadie y sus geniales explicaciones entusiasmaban a quienes participábamos en aquellos inolvidables recorridos.

    1. Gracias Pedro por participar en el blog.

      Sin duda alguna que debió ser una excelente persona, dado la impronta que ha dejado en su comentario. Me hubiera encantado conocer a Don Diego; el conocimiento natural que guardan personas tan apegadas a la tierra y enamorados de su entorno es toda una riqueza cultural. Yo en particular no pierdo la ocasión de aprender de este tipo de personas cada vez que me las encuentro en cualquier camino y ocasión. Dentro nuestras posibilidades hemos de hacer lo posible por seguir trasmitiendo esa cultura y esa pasión por la Naturaleza y sus gentes.

      Saludos.

      1. Don Diego fue uno die los colaboradores de un libro que publique sobre esos lugares ya que era amigo de mi madre Luisa Medina y gracias a él pude contar muchas historias de aquellos tiempos y sobre todo de Baltasar, con (Un Hombre de El Cobre de Algeciras). Disfrute con sus comentarios y me alimente de sus conocimientos sobre los molinos de El río de la miel y de la otra orilla La garganta del Capitán. Historias de su abuelo en la guerra de Cuba y tantas otras que aun mantengo en mi mente aparte del libro publicado.
        En esa ermita derruida de San José, vivieron mis tíos Antonio y María con sus hijos y metíamos las cabras en dicha ermita.
        Recuerdo los perales y las peras tan dulces que cogíamos de ellos y otro de mis tíos Juan o (Juanito forraje) estaba al cargo de la central de la sevillana o como nosotros le decíamos (La fabrica de la luz)…. Corto porque me enrollo, ahí estaba mi vida de niño, junto al molina Escalona, donde acudía con la burra o el caballo blanco de mi primo Paco a por el pan una vez en semana.
        Quizás sean estas fechas pero lo vivido no se olvida ni quiero olvidarlo jamás….
        un saludo

        Antonio
        SER ANDALUZ
        Ser andaluz es mi destino.
        Siempre traté de no olvidarlo.
        Busqué con ansia mi propio sino
        para seguir por mi camino.

        En las brozas del camino andado
        siempre pensando en todos
        los que me ilusionaron,
        sin olvidarme de mi pasado
        para poder recordarlo.
        Con la ilusión de un día encontrarlos
        en un cruce de caminos,
        al final del camino maltratado.

        Seré un incomprendido.
        Seré un alma errante.
        Un loco que busca su sitio.
        Allí donde poder cobijarse
        junto al final del camino.

        Cuando la muerte logre atraparme,
        no nos engañemos, es nuestro destino,
        que nos coja cargados de ilusiones y
        vivencias que podamos ofrecer
        al que nos dio la existencia.
        Antonio M. Medina

    2. Mi primer libro sobre El Cobre y Chorrosquina. Apareció don Diego con su solida memoria. Este hombre era amigo de mi madre Luisa Medina Villatoros y de su misma edad. Compartí con él muchas tardes y me llevo a su casa para seguir con esas historias que me contaba de su abuelo ya que estuvo en la guerra de Cuba como artillero. Todavía tengo cartas que me mandaba para no perder su contacto. Un saludo.
      Yo desde el norte donde tuvimos que emigrar… sigo escribiendo y publicando libros del sur. Mujer andaluza nacida para sufrir. Es mi ultima novela literalmente contada por mujeres de esa epoco entre ellas mi abuela paterna y mi madre Luisa. El mes que viene sale la tercera edición que espero poder llevar a Algeciras, donde tengo enterrada sus cenizas en el Cobre donde ella nació.

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